En la historiografía cubana, el béisbol ha sido considerado mayoritariamente como nuestro Pasatiempo Nacional. De ahí que la mayoría de las investigaciones sobre esta actividad carezcan de un análisis histórico coherente, que abarque otros aspectos del ramo más allá de presentar informaciones, estadísticas o fechas significativas.
Sin embargo, el béisbol, como se podrá comprender en esta serie de trabajos que inauguran las publicaciones del blog Desde las gradas, juega un papel muy importante en la creación y reconocimiento de una identidad popular; en la formación de valores, más aún, como muy bien señalan Mike Cronin y David Mayal...es un vehículo que en diversas formas construye identidades nacionales: individuales o colectivas.
Durante el siglo XX, es justamente cuando comienza a desarrollarse una relación y presencia del béisbol internacional autónomo de Cuba, con las primeras incursiones al béisbol negro o independiente en los Estados Unidos y después en el área Centroamericana y del Caribe, así como el grado de integración funcional del país en la región se concluye, cuando el país participa por derecho propio desde 1939, en los Campeonatos Mundiales de béisbol amateur celebrados en Cuba, canalizando, los sentimientos de orgullo y afirmación nacional.
Durante el siglo XX, es justamente cuando comienza a desarrollarse una relación y presencia del béisbol internacional autónomo de Cuba, con las primeras incursiones al béisbol negro o independiente en los Estados Unidos y después en el área Centroamericana y del Caribe, así como el grado de integración funcional del país en la región se concluye, cuando el país participa por derecho propio desde 1939, en los Campeonatos Mundiales de béisbol amateur celebrados en Cuba, canalizando, los sentimientos de orgullo y afirmación nacional.
Tal es así que, desde esa década, el país ha aumentado vertiginosamente no sólo su participación en el béisbol, sino también su integración en organismos deportivos internacionales. Todo esto ha contribuido, de una forma u otra, al arraigo de la defensa de una nacionalidad deportiva entre los sectores populares.
Siguiendo esta línea de pensamiento, puede afirmarse que el béisbol es parte activa de la manifestación cultural del pueblo que, en el caso específico de Cuba, ha servido como vehículo de afirmación nacional para todos sus sectores sociales, independientemente de que algunos hayan participado en competencias y otros hayan sido meros espectadores.
Siguiendo esta línea de pensamiento, puede afirmarse que el béisbol es parte activa de la manifestación cultural del pueblo que, en el caso específico de Cuba, ha servido como vehículo de afirmación nacional para todos sus sectores sociales, independientemente de que algunos hayan participado en competencias y otros hayan sido meros espectadores.
De acuerdo con los planteamientos de Edward W. Said,...la cultura se ha adelantado a la política, a la historia militar o a los problemas económicos. En este sentido, el béisbol se convierte en una especie de vínculo comunitario, en donde la identidad y las experiencias en común emergen o, simplemente, se desarrollan.
De lo anterior se infiere que el béisbol, a diferencia de la vanguardia política o intelectual, penetra todos y cada uno de los sectores populares que componen la sociedad más allá de credos o tendencias políticas. Dicho de otra manera, la experiencia de esta disciplina está al alcance de todos y juega un papel importante en la creación o reconocimiento de la identidad nacional. ... un elemento cardinal de esa relación nación-pueblo (con o sin estado) fue el reconocimiento de las artes y los deportes como elementos esenciales de afirmación nacional de las masas.
Con estos antecedentes, entre otros, analizaremos al béisbol como vehículo de afirmación nacional y su impacto en la cultura matancera, y las nuevas tendencias que quieren desvirtuar su origen y desarrollo.
Desde el punto de vista histórico, el béisbol moderno en Cuba emergió en diferentes sitios del país, casi simultáneamente, como son los casos de La Habana, Matanzas, Cárdenas, Sagua la Grande, Remedios entre otros, de ahí que no soy partidario de un concepto estrecho, sobre el origen béisbol moderno, o sea cuando nos preguntamos: ¿cuál es la cuna?,¿dónde se jugó primero?, porque guarda cierta ambigüedad, mientras que preferimos el término de ¨patrimonio histórico¨, que no busca más que enaltecer y registrar, in situ a ese lugar dónde el béisbol se jugó de manera temprana y donde el hecho está debidamente documentado; sin embargo, de un tiempo a esta parte han surgido una serie de tendencias que pretenden desvirtuar hechos que han estado debidamente documentados, por otros, basados en la presunción e interpretaciones muy personales, que no se corresponden con los más elementales principios de la metodología científica actual.
Por tanto dentro de las tesis más certeras sobre los orígenes del béisbol en Cuba, se encuentra la de los historiadores matanceros José M. Cuétara Vila (ya fallecido) y Reynaldo González Villalonga, quienes durante varios años, se han dedicado a estudiar gran parte de la documentación recogida en los diarios matanceros, y en la papelería de los archivos de centros de documentación y parroquias, desde la primera mitad del siglo XIX, hasta los albores del siglo XX, arribando ambos a la conclusión, de que entre las primeras manifestaciones del rudimentario juego de béisbol, se encontraban los juegos callejeros conocidos como cuatro esquinas, y otros, que se efectuaban entre empleados del comercio de Matanzas mayoritariamente norteamericanos y que pronto se extendió al resto de la ciudadanía, y en un segundo momento se acepta la tesis de que estudiantes cubanos, que regresaban de cursar sus estudios en colegios norteamericanos, aprendieron esta disciplina y después la enseñaron a sus coterráneos.
De lo anterior se infiere que el béisbol, a diferencia de la vanguardia política o intelectual, penetra todos y cada uno de los sectores populares que componen la sociedad más allá de credos o tendencias políticas. Dicho de otra manera, la experiencia de esta disciplina está al alcance de todos y juega un papel importante en la creación o reconocimiento de la identidad nacional. ... un elemento cardinal de esa relación nación-pueblo (con o sin estado) fue el reconocimiento de las artes y los deportes como elementos esenciales de afirmación nacional de las masas.
Con estos antecedentes, entre otros, analizaremos al béisbol como vehículo de afirmación nacional y su impacto en la cultura matancera, y las nuevas tendencias que quieren desvirtuar su origen y desarrollo.
Desde el punto de vista histórico, el béisbol moderno en Cuba emergió en diferentes sitios del país, casi simultáneamente, como son los casos de La Habana, Matanzas, Cárdenas, Sagua la Grande, Remedios entre otros, de ahí que no soy partidario de un concepto estrecho, sobre el origen béisbol moderno, o sea cuando nos preguntamos: ¿cuál es la cuna?,¿dónde se jugó primero?, porque guarda cierta ambigüedad, mientras que preferimos el término de ¨patrimonio histórico¨, que no busca más que enaltecer y registrar, in situ a ese lugar dónde el béisbol se jugó de manera temprana y donde el hecho está debidamente documentado; sin embargo, de un tiempo a esta parte han surgido una serie de tendencias que pretenden desvirtuar hechos que han estado debidamente documentados, por otros, basados en la presunción e interpretaciones muy personales, que no se corresponden con los más elementales principios de la metodología científica actual.
Por tanto dentro de las tesis más certeras sobre los orígenes del béisbol en Cuba, se encuentra la de los historiadores matanceros José M. Cuétara Vila (ya fallecido) y Reynaldo González Villalonga, quienes durante varios años, se han dedicado a estudiar gran parte de la documentación recogida en los diarios matanceros, y en la papelería de los archivos de centros de documentación y parroquias, desde la primera mitad del siglo XIX, hasta los albores del siglo XX, arribando ambos a la conclusión, de que entre las primeras manifestaciones del rudimentario juego de béisbol, se encontraban los juegos callejeros conocidos como cuatro esquinas, y otros, que se efectuaban entre empleados del comercio de Matanzas mayoritariamente norteamericanos y que pronto se extendió al resto de la ciudadanía, y en un segundo momento se acepta la tesis de que estudiantes cubanos, que regresaban de cursar sus estudios en colegios norteamericanos, aprendieron esta disciplina y después la enseñaron a sus coterráneos.
Lo cierto es que ambas versiones han sido corroboradas documentalmente, y que no han sido frutos de la imaginación o presunción, como pretenden aseverar otros autores.
Continuará...
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