Cuentan que en cierta ocasión pegó un larguísimo toletazo por la banda izquierda de La Tropical el 2 de Diciembre de 1939 que, sensacionalmente, atrapó Alejandro "El Caballero" Oms. Según cálculos de expertos de la época la bola viajó a más de 500 pies desde la goma.
Debutó en el béisbol profesional de Cuba en el año 1931 con la franela del club Habana, pero también calzó spikes para el Regla, el Almendares y el Marianao, así como el Santiago, y los Leones de la Liga de la Federación, una liga independiente, entre los años 1947-48.
El cardenense es probablemente el primer mestizo en romper la barrera del color en las Grandes Ligas, pero su indiscutible calidad, hizo que los promotores lo dejaran pasar por alto. Fue el único cubano en batear mil hits en Ligas Menores norteamericanas antes de 1961 y según las fuentes consultadas, quizás el único hasta el presente. Mayormente se desempeñó en la tercera y los jardines.
En sus estadísticas personales resaltan haber encabezado tres veces en una misma década (la del 30) el casillero de jonrones, así como otros lideratos de dobles, triples, carreras impulsadas, etc. Por sus extraordinarias actuaciones hizo el grado para las Mayores en 1935 y llegó a participar en nueve temporadas.
Tarzán fue el segundo gran jugador de posición cubano e hispano en el béisbol organizado (el primero fue Armando Marsans, uno de los dos pioneros, junto a Rafael Almeida, cuando ya existían ambas ligas).
A Estalella, cuando fue cambiado por los Senadores de Washington a los Elefantes Blancos de Connie Mack en 1943 junto a Jimmy Pofahl y dinero por Bob Johnson, que había jugado en el Juego de Estrellas del año anterior por la Liga Americana, el Viejo Zorro de los Atléticos lo presentó como un nuevo Al Simmons que, si no comete la equivocación de irse a la Liga Mexicana, hubiera continuado el desarrollo ascendente de su carrera en Grandes Ligas, porque sus mejores años fueron los tres previos a 1945.
Tarzán se inició amateur con el Deportivo Cárdenas, hasta 1931, de ahí pasó al poderoso Hershey Sports Club. Después sobresalió con un equipo semiprofesional de esa localidad, llamado Bacardí.
Estalella era un mulato muy claro, por lo que le permitieran jugar en la Liga Amateur y el Béisbol Organizado, incluso en las Mayores, ya en 1935. Tenía una musculatura excepcional y como era tan bajito, los lanzadores estaban obligados a afinar el control para pasar la bola por la zona de strike, donde él entonces le pegaba con extraordinaria fuerza.
Participó en quince temporadas de la Liga Profesional Cubana dejando números excepcionales: 2 473 veces al bate, conectó 664 hits, para average de .268, con 352 anotadas, 371 impulsadas, 105 dobles, 30 triples, 46 jonrones y 34 bases robadas.
Compitió durante diez campañas, de 1934 a 1951, en varios equipos de Ligas Menores: Albany, Harrisburg, Charlotte, Harleton, Minneapolis, St. Jean, Chatanooga, Toledo, Havana Cubans y San Antonio.
En 889 desafíos y 3 005 veces al bate, conectó 1 000 hits, para average de .333, con 187 dobles, 35 triples, 189 jonrones y slugging de .597.
En 1950, todo un veterano, jugó para los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida, con average de .295 (291-88), con 51 anotadas, 44 impulsadas, 18 dobles, 1 triple, 9 jonrones y 4 bases robadas.
En 1935, con el Harleton, fue líder jonronero (18) en la NY-Pennsylvania League. En 1937, con el Charlotte, en la Piedmont League, Clase B, comandó el average (.349) y los cuadrangulares (33).
En 1937 resultó el Mejor Jardinero. Una campaña después fue, en la misma liga, el más destacado al bate (.378), anotadas (134), impulsadas (123) y jonrones (38), mientras que en 1940 encabezó los hits (147) en la Asociación Americana, con el Minneapolis. En 1948 actuó como lanzador con los Bravos de St. Jean. En ese circuito independiente, tuvo balance de 3-3.
Logró burlar el racismo y en 1935 fue adquirido por los Senadores de Washington, en la Liga Americana.
Debutó el 7 de septiembre de ese año y su último juego fue el 7 de septiembre de 1949. Jugó allí en 1935, 1936 y 1939.
El 15 de octubre de 1940 pasó al St. Louis Browns desde las Ligas Menores, con el Minneapolis. El 10 de septiembre de 1941 fue cambiado de nuevo a los Senadores. El 21 de marzo de 1943 llegó al Philadelphia Athletics. Allí estuvo hasta 1945, y regresó en la campaña de 1949.
En nueve temporadas de Grandes Ligas, Estalella acumuló un average de .282, producto de 620 hits en 680 desafíos y 2 196 veces al bate, con 44 jonrones, 179 anotadas, 308 impulsadas, 106 dobles, 33 triples, 44 jonrones, 13 bases robadas, 350 bases recibidas, 246 ponches y slugging de .421.
Su defensa fue de .973. De los 581 encuentros, 226 fueron en el jardín central, 209 en el izquierdo, 93 en tercera, 55 en el derecho y 6 en la inicial. Utilizó los números 32, 23, 3, 14, 4 y 33.
En nueve temporadas de Grandes Ligas, Estalella acumuló un average de .282, producto de 620 hits en 680 desafíos y 2 196 veces al bate, con 44 jonrones, 179 anotadas, 308 impulsadas, 106 dobles, 33 triples, 44 jonrones, 13 bases robadas, 350 bases recibidas, 246 ponches y slugging de .421.
Su defensa fue de .973. De los 581 encuentros, 226 fueron en el jardín central, 209 en el izquierdo, 93 en tercera, 55 en el derecho y 6 en la inicial. Utilizó los números 32, 23, 3, 14, 4 y 33.
Su paso por el Béisbol Organizado de los Estados Unidos no fue color de rosas. Allí los fanáticos llamaban negros a los latinos, una forma de expresar el racismo hacia cualquier parte no anglosajona. Hasta a alguien de tez clara como la de Adolfo Luque, le gritaban despectivamente “negro, go home” y lanzaban objetos al terreno. Lo mismo sucedía con los judíos. Estalella también padeció de esos prejuicios.
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