Las referidas broncas famosas ocurridas en el estadio habanero del Cerro –hoy Latinoamericano–, de la Liga Cubana de Béisbol Profesional, y reflejadas anteriormente en esta sección, fueron algunas de las tantas que reflejara la prensa de la época prerrevolucionaria. Tan fue así que aun se recuerda la tremenda riña acontecida el 29 de diciembre de 1935.
Todo tuvo lugar cuando el torpedero Silvio García, del club Marianao, se fue a las manos con el ampaya Raúl –Chino– Atán.
Fue entonces que un soldado uniformado saltó desde las gradas para agredir al árbitro, lo que provocó su expulsión del terreno.
Durante la reyerta, también Oscar Rodríguez, director técnico del Cienfuegos, fue expulsado del juego.
DOS ALTERCADOS CASI SIMILTÁNEOS
Dos años más tarde se originaron dos altercados casi a la vez. En el primero, durante el torneo de 1937–38, el árbitro Raúl –El Chino– Atán, debido a una fuerte discusión por una decisión en el plato, golpeó al receptor Fermín Guerra y lo mandó para la capitalina Casa de Socorros.
En la segunda alteración del orden en un partido de béisbol, el célebre ampaya Amado Maestri estuvo a punto de decretar un forfeit contra el equipo Santa Clara, debido a que el lanzador Oscar –Cocaína– García amenazó con pegarle un batazo.
UNA TRIFULCA DE GRANDES PROPORCIONES
Por segunda ocasión, en el campeonato de 1938–39, Maestri se vio envuelto en una trifulca de grandes proporciones cuando el receptor Bill –Cy– Perkins, del club Cuba, dejó pasar intencionalmente un lanzamiento de Alejando –Patón–Carrasquel, lo cual provocó que la pelota golpeara en la muñeca izquierda al árbitro principal.
Perkins había discutido con Maestri por un conteo anterior, que había ocasionado la expulsión del director Joseíto Rodríguez.
Como resultado del lamentable incidente, el Presidente de la Liga, doctor Jesús Portocarrero, multó a Perkins con una rebaja de 10 días de salario y suspendió a Joseíto por 15 juegos.
LA RIÑA TUMULTUARIA MÁS FAMOSA DE LA PELOTA CUBANA
Desde que fuera inaugurado el Gran Stadium del Cerro, la “tángana” más larga y dramática de cuantas han tenido lugar en la pelota cubana tuvo lugar durante el desafío del 25 de junio de 1953, entre los equipos Cienfuegos y Marianao.
Según lo publicado al día siguiente en el diario habanero Prensa Libre, la bronca duró 10 minutos de golpes, gritos y empellones, iniciada por una discusión en el plato, entre el receptor–director Fermín Guerra y el jardinero norteño Chuck Diering.
La riña renació en home con el antesalista Donald Hoak, quien desúbito trató de agredir a Fermín Guera, quien descargó un golpe tremendo en el rostro del norteamericano.
En medio de esa crítica situación, Diering vino desde la inicial para liarse a trompadas con el receptor, a lo que se fueron sumando a la guerra tumultuaria peloteros de uno y otro club, hasta que nadie podía precisar quien le pegaba a quien.
Fue entonces que agentes de la Policía Nacional bajaron al terreno para restablecer a duras penas el orden quebrantado.
Expulsado Fermín Guerra del juego, Orestes Miñoso tuvo que abandonar su posición en el jardín izquierdo para calzarse los arreos y mascotear para los Tigres del Marianao.
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