martes, 4 de abril de 2017

Béisbol e Identidad: Orígenes y significado del béisbol en la formación de la nacionalidad cubana (Parte III)

Por Alfredo L. Santana

Aunque debe señalarse que cuatro años antes ocurrió en la Atenas de Cuba, un hecho trascendental que marcó el inicio oficial de este deporte en el país, cuando el 27 de diciembre de 1874, se efectúo en el estadio Palmar de Junco, el primer juego entre el Habana Base Ball Club y el Matanzas Base Ball Club.

En ese encuentro se reunieron todos los requisitos para ser considerado como OFICIAL en el sentido más amplio del término y no solo en su sentido semántico, sino porque marcaba el punto de partida que ha trascendido en el tiempo, de generación en generación hasta nuestros días, sin que haya hasta el presente algún argumento o evidencia que demuestre lo contrario. 


Al principio, estos clubs estaban integrados por comerciantes, intelectuales y hombres de negocios, que lo hacían por el mero esparcimiento, pero poco a poco se fueron incorporando los sectores más humildes del pueblo. En principio, para cubrir algunas vacantes que se producían, pero casi siempre impulsados por la imperiosa necesidad económica que padecían, ya que estas clases más pudientes, los iban incorporando a sus filas, pero siempre utilizando algún tipo de beneficio ya fuera en especie o de forma monetaria.

Esta nueva característica fue conformando un mosaico cultural o ajiaco criollo, como diría nuestro Fernando Ortiz, al nutrirse de diferentes estratos de la sociedad de aquel entonces. 

Ricos y pobres quedaban insertados dentro de este nuevo conglomerado social que iba consolidando la nacionalidad cubana, con sus diferentes contradicciones e intereses de grupo. Sin embargo, a mediados de la década de los noventa, van a ocurrir una serie de hechos significativos, que nuevamente van a unir a los cubanos en un solo pueblo, y que darían lugar a la Guerra Necesaria, organizada por José Martí, y donde el béisbol evidenciaría su protagonismo.

Uno de los acontecimientos, a mi entender, más representativos del ideario martiano en esta etapa y que marcó un hito, en su labor aglutinadora, es cuando pronuncia su discurso Con todos y para el bien de todos, logrando fusionar definitivamente, las ansias libertarias de todos los estratos de la sociedad, que se habían ido integrando paulatinamente.

Estos ya se iban deslindando y radicalizando en relación con los partidarios de la Metrópoli española, ya fueran españoles o cubanos, emergiendo así una verdadera identidad cubana autóctona, donde el béisbol no estuvo ajeno, pues muchos de los integrantes de aquellos clubs representativos de las ciudades más importantes del Occidente, ya con un claro sentido de pertenencia se integraron a la lucha armada cuando fueron convocados.

Un ejemplo de esto lo tenemos en el club Matanzas, que se alzó íntegramente en la manigua y desapareció como conjunto del Campeonato; aunque es justo señalar que también muchos integrantes del resto de los equipos tomaron también el camino de las armas.

Una vez concluida la guerra, y en los albores del siglo XX, surge el profesionalismo en el béisbol, y la hasta entonces llamada Liga Nacional de Béisbol de la Isla de Cuba es sustituida, por la Liga Cubana de Béisbol Profesional de la República de Cuba.

En este aspecto queremos hacer un acto de justicia a favor de aquellos peloteros humildes, discriminados y excluidos, no solo por el color de su piel, sino por la posición social que ocupaban y que eran víctimas de los más crueles abusos y desmanes por parte de los grandes magnates, dueños de los diferentes equipos de pelota.

Estos explotaban al máximo a estos jugadores, pagándoles míseros salarios, amén de ser cambiados constantemente de unos equipos a otros. 

Hasta hoy y salvo honrosas excepciones, no se ha divulgado en toda su magnitud esta etapa del béisbol en nuestro país y que abarca poco más de media centuria, de aquellas figuras que brillaron con luz propia en el firmamento deportivo y que no tuvieron la culpa de haber nacido y haberse desarrollado en esta época de extrema desigualdad en nuestro país, por lo que es hora que se les rescate y dignifique y se les situé en el lugar que ellos merecen, pues para ellos también estará reservado un lugar relevante en el futuro Salón y Museo de la Fama del Béisbol Cubano de todos los tiempos.

Por ello los procesos de identidad tienen mucho que ver en estos mecanismos de continuidad, de lo transmitido de una generación a otra de beisbolistas, de lo que definen los elementos de pertenencia a un grupo, constituyendo el béisbol el elemento aglutinador, que consolidó los valores comunes de esta disciplina deportiva y sus protagonistas, con esa pasión que no ha podido extinguirse con el paso del tiempo por lo que siguen arraigados en la mente y el corazón de los cubanos honestos.

Figuras de la talla de José de la Caridad Méndez, Eustaquio "Bombín" Pedroso, Adolfo Luque, Martin Dihigo, Alejandro "El Caballero" Oms, Cristóbal Torriente, Silvio García, Orestes Miñoso, por solo citar a algunos, constituyen iconos que han trascendido en el tiempo y los cuales no podrán ser olvidados jamás, porque desde un punto de vista psicológico podríamos decir, que las vías de transmisión intergeneracional son mecanismos que discurren incluso al margen de la voluntad y conciencia de las personas. 

Son procesos de identificación afectiva, transmisión de valores sacralizados en forma de mitos, asignaciones de legados intergeneracionales que constituyen las vías por lo que algunas creencias se hacen verdades absolutas. 

CONTINUARÁ...

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