martes, 25 de abril de 2017

Béisbol e Identidad: Orígenes y significado del béisbol en la formación de la nacionalidad cubana (Parte IV y Final)

Por Alfredo L. Santana

Los conceptos expuestas en el trabajo anterior, sobre lo que debemos entender como identidad, conjugado con la secuencia de hechos históricos relatados hasta aquí, están debidamente demostrados mediante evidencias documentales. 


Esas evidencias son las que me llevan a sustentar la tesis central de este trabajo, en el sentido de lo cuidadoso que debemos de ser a la hora de esgrimir un criterio diferente, a la hora de interpretar los hechos históricos, no dejándonos arrastrar por ciertos mitos y testimonios no demostrados fehacientemente, ya que no se debe de pasar por alto todo el trabajo investigativo aportado a través de más de un siglo por varias generaciones de hombres que fueron asimilando y construyéndose su sentido de pertenencia.


Y más en una ciudad que siempre ha estado considerada entre las primeras en integrar el béisbol, como parte de su patrimonio histórico, así como tampoco dañar la sensibilidad de todo un conglomerado social cuando las razones que llevan a ello no están basadas en un verdadero análisis científico. 

Por tanto no me caben dudas que Matanzas ha sido uno de los territorios del país que con más vehemencia y tesón ha defendido a través del tiempo sus raíces socio-culturales en lo que al béisbol se refiere. 

Desde que adquirió conciencia de lo que este representaba para el alma de su pueblo, pues no debemos de olvidar cuando en la década del 30 del siglo XX, Martín Dihigo reclamaba con toda su razón que el Palmar de Junco no fuera parcelado y que siguiera siendo un terreno para jugar béisbol, o cuando en la década del 50 del propio siglo, volviera a intentarse en convertirlo en una zona residencial y donde Gaspar Pérez (padre), José M. Dávalos y Roberto Monasterio, entre otros, se interponían al paso de un buldócer que pretendía derruirlo.

Que más puede pedírsele a este pueblo que ha defendido con hidalguía a través de casi siglo y medio de existencia los más nobles valores de su identidad, donde el béisbol ha constituido el vehículo que ha canalizado, y aglutinado las diferentes tendencias de nuestra sociedad, logrando equilibrar las mismas hasta encontrar un denominador común que no es más que la matanceridad.


En ese sentido, creemos que es improbable que estas tendencias, que están tratando de torcer el rumbo de la historia de nuestro béisbol y del sitio donde este surgió de manera oficial puedan triunfar, pues no les asiste la razón y si intereses de otra índole.

Si ayer existieron hombres que supieron elevar su voz y enfrentarse a los que trataban de destruir la obra de las generaciones que nos precedieron, hoy existirán otros que también sabrán preservarla para las generaciones futuras

Damos respuesta así a toda una serie de inquietudes que han surgido en los últimos años sobre los orígenes del béisbol en Cuba y su vinculación en la conformación de la identidad cubana, pues no cabe duda que Béisbol e Identidad, para nosotros, son dos categorías que forman una entidad indisolublemente vinculadas. La una con la otra en la integración de nuestra personalidad única e irrepetible. 


Para el cubano es el béisbol el deporte que más ha calado en su formación, desde el momento mismo de la formación de nuestra nacionalidad, por ello preservar los aportes hechos por las distintas generaciones que nos han precedido en esta disciplina, permite mantener viva una parte importante de nuestro patrimonio común, para beneficio de las generaciones presentes y futuras.

No obstante, la identidad no es la repetición del pasado, pues sería negación de la historia y con ello se llegaría a la autonegación o a la ausencia de identidad. La identidad son las raíces redescubiertas que nos permiten recrear, reorientar y proyectar hacia el futuro lo que somos. En la identidad se anudan dialécticamente el pasado, la tradición, el presente y el futuro, lo propio con lo Universal, a partir de la búsqueda de lo propio y la asimilación de lo Universal.

Estamos abiertos a los nuevos descubrimientos que puedan surgir en la historiografía beisbolística cubana, pero siempre y cuando estén sustentados por pruebas documentales u otras de las admitidas por la ciencia y cuya fuente sea identificada y esté al alcance del público en general


Nunca daremos crédito a los mitos que se tejen alrededor de esta disciplina.

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